La piel es el órgano más voluminoso del organismo, único visible a simple vista en su totalidad y por tanto el primero en evidenciar los signos del paso de los años.

A grandes rasgos, podemos hablar de las pieles normales con sus distintas variantes (normal, seca, grasa, mixta) y de las pieles que presentan una patología específica asociada (acné, rosácea, dermatitis seborreica, etc.).

Todas ellas de una forma u otra pueden presentar alteraciones en su aspecto que resulten molestas o antiestéticas para quien consulta.

Asimismo, debemos tener en cuenta que el envejecimiento cutáneo en todos los casos se produce por la sumatoria de varios fenómenos.

El envejecimiento cronológico dado por el paso de los años, factores genéticos, hereditarios y hormonales; y el envejecimiento provocado por la contaminación, los hábitos inadecuados y la exposición crónica a los rayos ultravioletas; éste último llamado Fotoenvejecimiento, siendo además el causante de la aparición de diferentes tipos de lesiones benignas y/o malignas.

Entre los distintos signos del envejecimiento cutáneo podemos encontrar:

√  Mayor sequedad y descamación – la piel se torna seca y descamante, con mayor predisposición a la aparición de reacciones fotoalérgicas.

√  Disminución de la elasticidad y flexibilidad – la piel se pliega y se marca más fácilmente adquiriendo un aspecto seco y acartonado.

√  Trastornos pigmentarios – aparecen distintos tipos de manchas tanto de color amarronado como blanquecino.

√  Según la edad, el tipo de piel y el grado de agresión externa sufrido podremos ver la aparición de lesiones ya más importantes como ser arrugas, surcos más marcados, aumento de la flaccidez, dilataciones vasculares o telangiectasias, y una constelación de lesiones benignas algunas (nevos rubí, queratosis seborreicas, adenomas sebáceos, etc.) y premalignas y malignas otras (queratosis actínicas, tumores basocelulares, espinocelulares y melanomas propiamente dichos).

Sabemos que no hay forma de detener el paso del tiempo, pero cada vez más, es posible retrasar los signos del envejecimiento.
Afortunadamente, contamos con el avance tecnológico como nuestro aliado.

Como resultado de años de investigación, estudio y práctica dentro del complejo mundo de la salud y la cosmética, podemos decir:

– que hoy en día disponemos de un arsenal de revolucionarios tratamientos para el rejuvenecimiento cutáneo –
– y que el mercado de los cosmecéuticos avanza cada vez más pasando a formar parte de las valiosas herramientas existentes para el tratamiento de la piel –

Es basándonos en la efectiva evaluación, selección y combinación de tratamientos como de principios activos según cada caso, donde logramos obtener los mejores resultados.

La piel es el reflejo de nuestro estado interior, por tanto, si ello lo conjugamos con un abordaje integral y multidisciplinario, es decir, si lo complementamos con tratamientos sistémicos, alimentación adecuada, ejercicio físico, equilibrio emocional y hábitos saludables, dichos resultados se optimizarán aún más.